Último adiós al “Rey Pelé”: el cortejo fúnebre se desplaza por las calles de Santos

El pueblo brasileño despide al triple campeón del mundo. Hinchas del Santos entonan el himno “mil goles, mil goles, solo Pelé” al son de tambores y timbales y con el estruendo de petardos.

Tras la muerte de el exastro brasileño, Edson Arantes do Nascimento el pasado 29 de diciembre, en el hospital Albert Einstein a causa de un cáncer, los brasileños entraron en luto nacional. El saliente presidente de Brasil decretó tres días de luto nacional por la muerte del “Rey Pelé” catalogándolo como una persona íntegra: “un hombre, que a través del fútbol, llevó el nombre de Brasil al mundo”.

El velatorio montado sobre el césped del estadio Vila Belmiro, casa del Santos, el pasado lunes desde las 08:00 a.m., y durante 24 horas, donde el legendario delantero brasileño se convirtió en un icono mundial, estuvo abierto al público durante 24 horas y recibió la visita de autoridades y miles de aficionados.

Uno de los últimos homenajes lo prestó el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, gran seguidor del fútbol y quien se acercó hasta la cancha del club albinegro apenas dos días después de asumir la jefatura del Estado.

El cortejo fúnebre de Pelé recorre las calles de la ciudad de Santos desde tempranas horas a unos 80 kilómetros de Sao Paulo. Posteriormente, la comitiva se dirigirá al cementerio Memorial Necrópolis Ecuménica, donde enterrado en una ceremonia privada.

Centenares de aficionados del Santos siguen ruidosamente el cortejo fúnebre de Pelé, que partió este martes del estadio Vila Belmiro y recorre a paso lento las calles de la ciudad brasileña de Santos.

Con enormes banderas blanquinegras con mensajes en honor a Pelé, los “torcedores” (hinchas) del Santos entonaban el himno “mil goles, mil goles, solo Pelé” al son de tambores y timbales y con el estruendo de petardos. El féretro del mítico delantero brasileño está siendo transportado en un camión de bomberos, al que están subidos policías vestidos de gala.

El cortejo recorrerá el paseo marítimo de Santos, hasta la casa de la madre de Pelé, Celeste Arantes, que acaba de cumplir 100 años, y después regresará por el mismo camino hasta el cementerio Memorial Necrópolis Ecuménica, cercano al estadio.

El cementerio, que ocupa una torre similar a un edificio residencial, se puede divisar desde las ventanas del lateral oeste del Vila Belmiro, estadio donde Pelé jugó más de 200 partidos con el Santos

Miles de aficionados también quisieron despedirse de su mayor ídolo, formando filas kilométricas de hasta tres horas para acceder al estadio.

El féretro abierto con los restos mortales del triple campeón mundial, arropado con una bandera del Santos y otra de Brasil, y rodeado de coronas de flores, estuvo escoltado en todo momento por cadetes de la Escuela de Barro Branco de la Policía Militar de Sao Paulo.

En Brasil nadie discute que Pelé fue el “rey” del fútbol, pero solo unos pocos jugadores en activo y retirado han acudido a su velatorio entre lunes y martes para darle el último adiós. El mundialista Zé Roberto, integrante de las selecciones de 1998 y 2006 y exjugador del Santos, fue uno de los pocos que acudieron a la capilla ardiente.

Incluso cargó el ataúd para posicionarlo en el centro de la cancha del estadio Vila Belmiro, de la ciudad de Santos, donde se celebró el velatorio, que duró 24 horas.

A las exequias también acudieron Mauro Silva, en calidad de vicepresidente de la Federación Paulista de Fútbol (FPF), y Paulo Roberto Falcao, quien además de disputar el Mundial de 1982, dirigió a Pelé como entrenador en un amistoso disputado en 1990, cuando Pelé llevaba 16 años retirado.

También desfiló ante el féretro una delegación de la plantilla del Santos, el equipo completo sub-20 del club, así como viejas glorias del equipo, entre ellos Careca, Elano, Serginho Chulapa o Clodoaldo.

Pero fueron notables las ausencias de otras viejas glorias de la selección brasileña, pues no aparecieron los compañeros de Pelé en el Mundial de 1970, ni los campeones de las ediciones de 1994 o 2002.

Romário y Ronaldo enviaron coronas de flores, al igual que hicieron todos los clubes de la primera división de Brasil sin excepción.

Neymar, estrella de la selección brasileña y heredero del dorsal 10 de Pelé en el Santos, tampoco viajó a Brasil desde París, donde estos días está entrenándose con el PSG, y le pidió a su padre que le representara en el velatorio.

Los jugadores brasileños, en activo o retirados, prefirieron rendir homenaje al tricampeón mundial a través de incontables mensajes en las redes sociales y con declaraciones a la prensa. La situación refleja lo que expresó Kaká, último brasileño en ganar el Balón de Oro, en una entrevista concedida hace unas semanas a una televisión británica.

“Nosotros, brasileños, a veces no reconocemos el talento. Si ves como tratan a Ronaldo, es algo diferente que en el exterior. Es solo un hombre gordo andando por la calle”, sentenció.

La afición brasileña, en especial la de la ciudad de Santos, sí respondió formando una fila constante durante las 24 horas que estuvo abierta la capilla ardiente.

La cúpula del mundo del fútbol sí estuvo representada en el velatorio con las figuras del presidente de la Fifa, Gianni Infantino, y de la Conmebol, Alejandro Domínguez, además del titular de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Edinaldo Rodrigues.

También acudieron las autoridades brasileñas, entre ellos el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, además de un magistrado del Tribunal Supremo y gobernantes locales.

Pelé falleció el pasado jueves a los 82 años, por complicaciones médicas derivadas de un cáncer de colon. Su entierro está previsto para este martes, en un cementerio de la ciudad de Santos, donde desarrolló la mayor parte de su carrera profesional.

Su cuerpo fue embalsamado para dicho funeral, en una sala climatizada del hospital donde tuvo su deceso, con el fin de que el cuerpo tuviese una mejor apariencia. El velatorio finalizó a las 08:00 de este martes tras la visita de 230.000 aficionados, según cálculos del club Santos.

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