Rolls-Royce y su futuro: adiós a los motores de combustión

A estas alturas de la película es raro encontrarse con algún con fabricante que no haya anunciado sus planes de lanzar, al menos, un vehículo eléctrico al mercado, incluidas firmas de lujo como Rolls-Royce. Los británicos se apresuran para poner en la calle su primer modelo de esta tipología, un Spectre que marcará la hoja de ruta de una compañía cuya prioridad ya no son los motores de combustión, sino todo lo contrario pues para el año 2030 todos y cada uno de los modelos de la casa inglesa estarán alimentados por baterías.

El comienzo de una nueva era
En una reciente entrevista con Car, el CEO de Rolls-Royce, Torsten Muller-Otvos, marcó el rumbo a seguir de la compañía: «También tomamos la decisión de que este coche no podía ser eléctrico ni de combustión. El Spectre es solo eléctrico. Todos los Rolls-Royce futuros, los nuevos, serán solo eléctricos manteniendo lo que representa Rolls-Royce. Este debería ser el RR más dinámico en la historia. Y lo es». Estas palabras dejan clara una cosa y es que ya no veremos ningún lanzamiento de la marca con un motor térmico bajo el capó.

El Rolls-Royce Spectre tendrá las proporciones y el aspecto típicos de Rolls, pero funcionará únicamente con electricidad. El diseño y la experiencia de conducción seguirán siendo fieles a la marca al tiempo que incorporan la última tecnología eléctrica. Esta decisión de ofrecer el Spectre solo en una variante alimentada por baterías sienta un precedente para todos los modelos futuros de la entidad pues se ofrecerán única y exclusivamente con sistemas de propulsión eléctricos. Sin embargo, Muller-Otvos confirmó que todavía les quedan varios años a sus productos de combustión, incluidos los Cullinan, Ghost y Phantom.

Muller-Otvos considera que la transición a la energía eléctrica se tomará con calma en Rolls-Royce pues sus vehículos ya son conocidos por su experiencia de conducción suave, silenciosa y con un par motor elevado. También ve la energía eléctrica como una buena opción para la marca y sus clientes, que viven principalmente en el centro de las ciudades y utilizan sus vehículos para viajes cortos. La apuesta por la electrificación encaja perfectamente con la idea que ya tenían los fundadores de la marca, Rolls y Royce, quienes mostraban interés por las nuevas aplicaciones de la electricidad en los automóviles.

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