Oppenheimer, el hombre que se arrepintió toda su vida de ser el padre de la bomba atómica

Una película ha traído de regreso el nombre de uno de los científicos más grandes, pero polémicos de la historia. “Me he convertido en la muerte, el destructor de mundos” fue la frase hindú que acompañó a Robert Oppenheimer tras el éxito de su creación: la bomba atómica.
Este jueves 20 de julio, los cines de todo el mundo empezarán a proyectar ‘Oppenheimer’, una nueva obra cinematográfica de Christopher Nolan. Y en medio de las altas expectativas generadas por esta cinta, además de los memes y divertidas imágenes que la unen a ‘Barbie’, tenemos que caer en cuenta sobre la magnitud del personaje de dicha producción.

J. Robert Oppenheimer pasó a la historia por ser el padre de la bomba atómica, aquella arma de devastación que fue clave para el fin de la Segunda Guerra Mundial. El científico, un ser que desde muy joven se convirtió en un referente en el campo de la física, ya no pudo conciliar el sueño: se había convertido, en sus propias palabras, en el “destructor de mundos”.

Científico desde muy joven
Nacido en Nueva York el 22 de abril de 1904, fue hijo de inmigrantes judíos alemanes que se dedicaban a la industria textil.

Desde muy pequeño, se interesó mucho en las ciencias, lo que condujo su camino a lo largo de su vida.

A los 12 ya era miembro de un club mineralógico e incluso sus escritos buscaban ser expuestos en conferencias. A los 18 años, empezó su carrera de Química en el Universidad de Harvard: solo le bastó tres años para terminarla.

Sin embargo, su verdadera pasión era la Física. Su investigación se centró en los átomos y de colega tendría al ganador del Premio Nobel JJ Thomson, el hombre que detectó el electrón.

Un joven Oppenheimer en segunda fila junto a su profesor y alumnos en Kamerlingh-Onnes (1926)
Fuente: Dominio público

Tras su paso por el Reino Unido, llegaría a Alemania para estudiar en la Universidad de Göttingen, uno de los principales centros de física teórica del mundo. Había sido invitado allí por Max Born, el director del Instituto de Física Teórica, y pronto se mezcló con futuros científicos de renombre mundial.

Sus investigaciones contribuyeron a la teoría cuántica en desarrollo. Uno de los más aplaudidos fue el de las funciones de onda nuclear, aproximamiento al que llegó junto con el propio Born y el que le brindaría la fama necesaria para ser un líder en el campo científico.

El segundo artículo más citado en la carrera de Oppenheimer fue la predicción de los agujeros negros en 1939, junto a uno de sus alumnos llamado Hartland Snyder. Eso sí, el científico, aunque fue nominado tres veces a los Premios Nobel, nunca ganó uno.

Pero para adentrarnos a su obra cumbre, es necesario conocer cuál fue su primer acercamiento. En la década de 1930, Oppenheimer fue testigo del despertar de la Alemania Nazi de Adolf Hitler, lo que, años más adelante, sería el inicio de la Segunda Guerra Mundial.

En 1939, llegaría el punto clave. Científicos alemanes lograron dividir los átomos de uranio (uno de los más pesados conocidos) a base del bombardeo de neutrones, el paso crítico para iniciar una explosión nuclear.

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