Técnicas para mejorar la concentración de los niños
La concentración es como un músculo que hay que ejercitar en los niños desde bien pequeños. Te describimos una serie de actividades divertidas que estimularán esta competencia cognitiva.
Mejorar la concentración de los niños es un modo de estimular su potencial para el mañana. Gracias a esta función ejecutiva superior, podrán procesar la información de manera más eficiente y resolver problemas en su día a día. Como padre, madre o educador, tu ayuda es decisiva con el fin de que desarrollen y despierten también sus talentos.
Existen técnicas tan entretenidas como eficaces en este propósito. Darles estrategias para que regulen sus emociones o gestionen el tiempo es esencial. Asimismo, saber manejar las distracciones y despertar en ellos la curiosidad cotidiana actúan como maravillosos impulsores. A continuación, te planteamos profundizar más.
«Una prueba de lo acertado de la intervención educativa es la felicidad del niño».
~ María Montessori (El niño, el secreto de la infancia, 1936) ~
Propuestas para mejorar la concentración de los niños
La concentración es la capacidad mental que permite a la persona focalizar la atención sostenida en un estímulo o tarea. Algo tan fácil de definir es, en realidad, un proceso cognitivo complejo. Lo es porque tal actividad se integra poco a poco a medida que el cerebro del niño madura. Así, para que lo logre de forma efectiva, la estimulación es decisiva.
Por otro lado, un trabajo publicado en Frontiers in Psychology destaca la necesidad de explorar y comprender mejor las funciones ejecutivas como la atención. Así, aunque parece que las niñas adquieren antes esta competencia, es una variable que se desarrolla durante toda la educación primaria. Para facilitar estas dimensiones, te describimos una serie de técnicas.
- Atender primero sus necesidades básicas
Antes de profundizar como tal en las propias estrategias, hay un aspecto que debes recordar. Para mejorar la concentración en los niños es necesario cuidar de sus necesidades psicobiológicas básicas. ¿A qué nos referimos? Al sueño, la alimentación y las rutinas. Si el niño no duerme lo suficiente o no disfruta del juego, su cerebro estará sometido al estrés.
Un ejemplo de ello lo reseña Developmental Cognitive Neuroscience. Un sueño saludable y reparador es clave para el buen desarrollo cognitivo en la infancia. En este sentido, para desarrollar los procesos de concentración y atención, vale la pena tener en cuenta las siguientes pautas:
Evita que los niños sean sedentarios.
Cuida que su dieta sea variada y equilibrada.
Regula el uso de los dispositivos electrónicos.
Promueve que hagan actividades físicas al aire libre.
Procura que sigan unas mismas rutinas y hábitos cada día.
Permite que duerman las horas estipuladas según su edad.
Establece tiempos de descanso y ocio tras sus deberes y estudio.
¿Cómo ayudar en los deberes y exámenes?
Al llegar del colegio, trata de que se relajen durante una hora y merienden. Ese tiempo les permitirá recuperarse mentalmente para iniciar sus obligaciones escolares un poco más despejados. Cuando tengan exámenes, es importante atender su descanso nocturno. Evita, ante todo, que esa sesión de estudio se centre en el día anterior.
- Promover el mejor estado de ánimo para la concentración
Una investigación divulgada en Neurobiology of Stress explica cómo el estrés en épocas tempranas afecta a la estructura del cerebro y su capacidad cognitiva. Un niño con ansiedad, hiperactivado o con tendencia a las rabietas, tendrá serios problemas para focalizar su mente y concentrarse. Por ello, es interesante que, desde bien temprano, aprendan a regular sus emociones.
Si los pequeños conectan en su día a día con aquello que sienten para saber cómo manejarlo, tendrán una herramienta de vida excepcional. De tal manera, para mejorar la concentración de los niños, es muy eficaz que comiencen lo antes posible en las prácticas mencionadas enseguida:
Edúcalos en la resistencia a la frustración.
Enséñales técnicas como la respiración profunda.
Practica con ellos la meditación o la atención plena.
Guíalos para que sepan manejar su estrés cotidiano.
Inícialos en el aprendizaje de la inteligencia emocional.
¿Cómo ayudar en los deberes y exámenes?
Cuando el niño se enfrente a un examen es útil darles herramientas para manejar la ansiedad. Evitar los pensamientos irracionales o el miedo al fracaso es un gran apoyo y se focalizarán en el estudio con mayor confianza. Por lo que respecta a los deberes o a la hora de asentar las competencias lectoescritoras, no juzgues, critiques o invalides
Respeta los tiempos de desarrollo del niño y guíales para que se concentren sin presiones y creando siempre un escenario emocional positivo, en el que focalicen la atención sin el peso del estrés.
- El juego de «vencer al reloj»
A partir de los 6-7 años, resulta estimulante y práctico introducirlos en la técnica del reloj. Consiste en desafiarlos para que realicen una tarea antes de que discurra un determinado tiempo. Para ello, adquiere un temporizador y prográmalo en horquillas de 15-25 minutos.
A continuación, propón una tarea manipulativa, o bien, una que requiera estimular su atención. Ejemplo de ello puede ser realizar fichas en las que encontrar objetos ocultos, detectar las diferencias o completar figuras para estimular su inteligencia espacial.